«Owning a Rolex isn’t nearly as cool as owning your time». Jade Bonacolta from The Quite Rich. Jade Bonacolta ha creado un concepto de vida denominado Quite Rich, que define la riqueza en términos de tiempo, experiencias vitales, relaciones y autoconfianza, más que en riqueza monetaria. Por otra parte, Paul Altieri, escribe un post en la web de Bob’s Watches, afirmando que la identidad de quienes poseen un Rolex refleja un «Supreme Focus», es decir, estas personas se caracterizan por tener un foco muy claro y contundente en sus aspiraciones de vidas ambiciosas, alcanzando un nivel de determinación que sugiere que, si se desea, todo es posible. Todo esto me ha hecho pensar con detenimiento en ello, posiblemente debido al concepto de FOCO que es uno de los pilares de nuestro Método FASE. He considerado qué sería un mejor regalo para nuestros hijos: un Rolex o enseñarles a dominar su gestión del tiempo. Y, extendiendo esta reflexión a nuestros equipos, ¿qué es mejor? ¿Ofrecerles un bonus a final de año para que se puedan comprar un Rolex o invertir ese bonus en formación para que mejoren su gestión del tiempo y su efectividad personal, alineándose así con lo que Jade denomina «Quite Rich»? He llegado a la conclusión de que, mientras decidimos entre el Rolex o la formación sobre efectividad individual, podemos comenzar por algo que indudablemente no tiene precio tanto para ellos como para los nuestros: Como líderes, debemos ser ejemplos a seguir en nuestra organización y gestión del tiempo para que ellos avancen hacia la consecución de resultados y se hagan merecedores del bonus. Como padres o madres, si somos ejemplo de buena organización personal y gestión del tiempo, ayudaremos a nuestros hijos, en su preparación para el futuro, adquiriendo el mayor número de competencias diferenciales posibles. Y es evidente que la organización personal es una de ellas, siendo la base de muchas otras competencias diferenciales como el liderazgo y la resiliencia. Invertir en un Rolex o invertir en ganar tiempo. Esa es la pregunta a resolver
Archivos del Autor: Gabriela Morales
¿Es el café gratis, la fruta gratis y las mesas de ping-pong la solución? Sería demasiado fácil si esa fuera la solución para tener equipos comprometidos y retener al talento. Se acabó esa idea de que para que la gente fuera feliz en el trabajo esto iba de café gratis, fruta gratis, sofás molones y mesas de ping pong. Por supuesto que está muy bien y ayuda tener unas oficinas donde uno esté a gusto y donde además pueda tener a su disposición temas como esos, pero de ahí a pensar que la felicidad de los equipos va de eso, hay un trecho muy largo. Para que tengamos equipos contentos, tenemos que tener muchas cosas muy distintas y más complejas, y estas son, según lo que la mayoría de investigaciones concluye como certezas: Estrés bajo control gracias a que puedo llegar a todo Reconocimiento acorde a la obtención de resultados Crecimiento personal como parte de mis objetivos con ayuda de la organización Autonomía pues demuestro cómo voy avanzando hacia los resultados Modelo híbrido: trabajo en oficina y en casa con cierto equilibrio Buenos líderes Y para que todo eso funcione, hay un camino necesario que nos llevará a poder avanzar hacia ello a gran velocidad: “aprender a organizarnos y a ser más efectivos pues esto nos facilitará el poder trabajar y lograr todo lo que hemos señalado anteriormente”. Y esto no sólo para los equipos, sino también para los líderes. No se puede ser un buen líder si no te organizas bien pues nunca tienes tiempo para tu equipo ni para tu vida personal. Necesitamos aprender a organizarnos y aprender a trabajar mejor y no más. Work smarter, not harder. Y las organizaciones avanzadas, conscientes de ello, están ayudando a sus equipos a que mejoren en esta competencia, algo que beneficiará a la compañía y beneficiará al profesional que se diferenciará y además, podrá optar a una vida equilibrada entre lo personal y profesional Sin ello, ni buenos líderes, ni resultados, ni modelo híbrido, ni estrés bajo control, sino grandes ideas que suenan muy bien pero que a medio plazo, no llevan a nada.
Mental Masturbation. Me sorprendió este término cuando lo leí con esa connotación sobre intenciones y realidades. Son muchos los que no dedican tiempo suficiente a la fijación de objetivos y a la creación de planes. Les cuesta detenerse a pensar y prefieren seguir en la rueda del hámster de los m&ms de la que recientemente hablábamos. Dejándose llevar por el día y con una aparente ocupación creada por otros. Pero también hay muchos que fijan objetivos y crean planes coherentes, pero después no son capaces de llevarlos a cabo. Luego los ponen en común y comparten sus ideas. Pero en eso se queda: en el subidón de dopamina que les proporciona pensar en ello y compartirlo, aunque sin ejecución futura. A eso le llaman Masturbación mental. Brutal el término. ¿Qué es lo que falta en muchos casos? Pues el lograr alinear nuestra agenda y nuestro calendario con esos objetivos, planes e intenciones. Eso sí que es diferencial. Por eso, no solo quiero que compartas tus objetivos y planes, sino que también me muestres tu agenda alineada con ellos y me expliques cómo los vas cumpliendo semana a semana. La agenda nunca miente.
Cada cierto tiempo, nos vemos obligados a volver a publicar esta imagen. ¿Por qué? Porque la situación no mejora o, incluso, empeora. Lo único que mejora es que cada vez más personas reconocen que este es su modo natural de trabajo, pero saben que deben cambiarlo. Siempre insistimos a nuestros clientes en que debemos tener cuatro, mejor dicho, cinco modos de trabajo durante el día: 1️⃣ Acudir solo a las reuniones en las que realmente debemos estar. 2️⃣ Dedicar tiempo a gestionar nuestros canales de comunicación: correos electrónicos, móvil, mensajería interna… 3️⃣ Momentos de atención plena y concentración, sin multitarea. 4️⃣Tiempos de recarga. 5️⃣ Momentos de vida personal al finalizar el día, con nuestra mente enfocada en lo personal. ¿Y cuál es, por desgracia, la verdadera realidad de muchos? Que lo siguiente se mezcla en cada uno de esos modos: 🔹 Cuando quiero estar concentrado, miro el correo electrónico, WhatsApp… 🔹Cuando estoy en una reunión importante, estoy respondiendo correos. 🔹Cuando quiero tomar un café para recargarme, sigo contestando WhatsApps o mirando el móvil. 🔹Cuando estoy en casa para disfrutar de mis hijos, sigo mirando el móvil más de la cuenta. Y así podríamos seguir… Algunos ya estarán pensando que su caso no tiene solución por diversas razones que nos convencemos a nosotros mismos. Aunque el mundo perfecto no existe, os garantizamos que dependemos mucho más de nosotros mismos de lo que podemos pensar. Lograrlo se convierte en un elemento diferenciador profesional al mismo tiempo que en una fórmula para ganar tiempo y disfrutar de una vida más equilibrada y con armonía entre lo personal y lo profesional. PS: Escribir este post me ha costado 11 minutos, gracias a haber evitado la multitarea. De haber caído en ella, habrían sido 30 minutos, con más errores y menor calidad.
Decir «sí» a las cosas y demostrar proactividad es una cualidad diferenciadora en ciertos momentos de tu carrera profesional. En los primeros años, demuestra buena actitud, proactividad y entusiasmo. Además, te beneficia en tu propio aprendizaje y en el establecimiento de relaciones internas valiosas. Resulta ser un factor diferenciador. Probablemente, te ayuda a ser considerado para futuras promociones y evolución dentro de la organización. A medida que avanzas, tu agenda se va llenando. Son muchos más los temas y las personas que requieren tu atención. No se trata tanto de demostrar proactividad queriendo decir «sí» a todo, sino que son los demás quienes van llenando tu agenda con invitaciones a reuniones, correos electrónicos solicitando tu intervención… Y es entonces cuando comienzas a experimentar que tu agenda no da abasto. En este momento, las personas reaccionan de manera muy distinta: Por un lado, están los voluntariosos, que piensan que pueden con todo y que su deber es decir «sí» a todo, creyendo que el valor diferencial reside en abarcarlo todo mediante un sobreesfuerzo inhumano. Se deterioran silenciosa y progresivamente, y su rendimiento empeora. Estas historias no suelen tener un buen final y, con total seguridad, su evolución se ve frenada. Luego están aquellos que perciben que su plato está demasiado lleno y su frase es: «llego hasta donde llego». Sin embargo, ese «hasta donde llego» no se basa en ninguna reflexión coherente. Sin ser conscientes, corren muchos riesgos al no atender a menudo a lo realmente importante. Y en un momento dado, algo importante les explota. Su reacción ante el fallo determinará si es el fin o una última oportunidad. Aquí también se observan todo tipo de reacciones. Finalmente, están los que han aprendido que la calidad de sus «síes» es proporcional a la cantidad de sus «noes», es decir, que no se puede ni se debe intentar abarcar todo. Proactivamente, y teniendo identificado lo más importante, se enfocan en ciertas áreas mientras evitan muchas otras. Saben que el mundo perfecto no existe y que no todo lo que no es importante es rechazable, pero sí que ser intencional es clave. Reservan su mejor versión para los temas clave e importantes, y en el resto aplican el mínimo esfuerzo. La regla del 20-80 forma parte de su ADN. La calidad de tus «síes» y la cantidad de tus «noes» son la base para alcanzar resultados extraordinarios. Y a mayor nivel de responsabilidad, aún más. El desafío es que definir tus «síes» e identificar tus «noes» requiere tiempo para reflexionar. Y por alguna razón, nos cuesta hacerlo; preferimos seguir en la rueda del hámster que nos impone el día a día, que en muchos casos nos deja tan agotados que no queremos detenernos a pensar. Elige tus batallas
Desde hace unas semanas, vengo reflexionando mucho sobre la jornada laboral de cuatro días por toda la corriente que viene desde Estados Unidos sobre este tema. Como resultado, estoy más atento a la temática de las horas de trabajo reales de las personas. Ahora tengo en mis hijos unos interlocutores válidos pues ya están trabajando. El otro día, uno de ellos me comentaba que un amigo suyo trabajaba excesivamente. Al preguntarle el motivo, me contó que esa semana, un día había comenzado a las 9 y regresado a casa a las 21:30, llamándole para quejarse. Le pregunté si eso le sucedía todos los días y me respondió que no. De hecho, le pedí que le preguntara a su amigo cuántas horas trabajaba en total. Su amigo reconoció que era la primera vez en meses que sucedía algo así y, al reflexionar, admitió que muchos viernes trabaja solo seis horas y que, cuando opta por el modelo híbrido, se relaja, siendo una práctica mínima de dos días a la semana. Solemos caer en el sesgo de evaluar nuestras horas de trabajo semanales basándonos en el día que más hemos invertido en la semana. Ayer estaba escuchando un podcast en el que entrevistan a Malissa Clark, experta en productividad personal y jornadas laborales, así como en workaholismo. Me interesa su perspectiva sobre cómo Boston Consulting Group en EE. UU. está realizando un gran esfuerzo por reducir las jornadas de los empleados más jóvenes. Esto me sorprende y agrada a la vez. Ese tipo de consultoras parecía que se les llenaba la boca hace años por lo mucho que trabajaban sus equipos. Al hablar nuevamente con mis hijos sobre esto, me comentan que muchos de sus amigos se sienten agotados no por la carga de trabajo, sino por los horarios, ya que deben permanecer en las oficinas porque sus jefes no se van, lo cual es lamentable. Al preguntarles qué hacen, me dicen que básicamente lo que les apetece, como navegar por internet o chatear. Pero que el hecho de tener que quedarse, les impide llegar al gimnasio, llegando tarde a casa y molestos con su empresa. Entonces, recuerdo otro artículo que leí la semana pasada, del Dr. Anders Hansen, sobre el impacto del ejercicio en las capacidades cognitivas, el estado de ánimo e incluso en el liderazgo. A esa compañía le resulta costoso que la gente no se vaya porque los jefes permanecen allí. Pensando en esto, he llegado a la conclusión de que aún nos queda mucho por hacer, pero las cosas están cambiando y van a cambiar aún más. También es verdad que no todo es válido. Si queremos una buena conciliación, debemos ganárnosla aprendiendo a ser efectivos y evitando perder el tiempo, como a menudo hacemos sin ser conscientes. No podemos pretender trabajar cumpliendo horarios y luego ser inefectivos durante la jornada laboral. A mis hijos intento no decirles algo que torpemente podría aplicarme y es que para ser un buen profesional y empezar con buen pie tienen que ser los últimos en irse y dar una buena imagen. En cambio, les aconsejo lo siguiente: Priorizar y planificar la semana. Solicitar feedback de sus managers. Comprometerse con el deporte y un sueño reparador. Mantenerse humilde y aprender continuamente. Reflexionar sobre cómo se organizan y organizarse para mejorar constantemente. Yo mismo cometí errores durante años, lo que me llevó a un agotamiento en 2013, resultando en malas decisiones, malos resultados y un largo etcétera. Irónicamente, ahora me dedico a ayudar a otros para que no les suceda lo mismo. No estoy seguro de si estas conversaciones son útiles para mis hijos, pero lo que sí sé es que el mundo se dirige hacia ese modelo. No se trata de calentar la silla, sino de obtener resultados por ser capaces de entender lo que significa trabajar de manera inteligente, no más dura, y asegurar nuestra mejor versión a nivel físico, emocional y cognitivo de manera sostenible en el tiempo. «Work smarter, not harder.»
Harvard Business Review lo ha dicho fuerte y claro: la semana laboral de cuatro días no solo es el futuro, sino que las empresas que no se adapten a esta modalidad corren el riesgo de quedarse atrás en la carrera por atraer talento. Por nuestra experiencia, cuando desde allí se inician estas discusiones, antes o después terminan por llegar aquí. Hace unos años, se hablaba de la libertad para organizar los horarios libremente, y esto cada día se ve más aquí. Por ello, al igual que ocurrió con el trabajo híbrido y las jornadas de menos de 40 horas, la transición a la semana de cuatro días está sobre muchas mesas de dirección en Estados Unidos. Pero aquí hay una advertencia: la clave no reside en trabajar menos horas ni más, sino en trabajar mejor, en ser realmente efectivos, en hacer lo que corresponde (priorizar bien y siempre) y de la manera que toca (sin perder tiempo). Y esto no es gratuito. Esto implica aprender a organizarnos a nivel individual y, a nivel grupal, en las organizaciones, construir culturas donde los líderes y sus equipos han aprendido a ser efectivos. ¿Semanas de 4 días, semanas de menos de 40 horas, o días en los que no hay nadie en la oficina a las 5 de la tarde? Esa no es la verdadera reflexión ni el desafío. El verdadero desafío no radica en la cantidad de días y horas trabajados, sino en cómo nos organizamos durante esos días. Sin una cultura de eficiencia y efectividad, corremos el riesgo de reducir horas sin mejorar los resultados, lo que además puede traer como consecuencia un efecto pendular donde la dirección quiera imponer trabajar más horas como solución. Es fundamental no solo reflexionar sobre el futuro de las nuevas estructuras laborales y la libertad y flexibilidad que ofrecemos a los trabajadores, sino también transformar nuestra forma de trabajar y lograr de una vez por todas aprender algo tan vital como la efectividad individual y grupal. En el Método FASE creemos firmemente: ✅ Work smarter, not harder: La reflexión sobre nuevas estructuras de horarios debe ir de la mano con una mejora en la organización y efectividad personal y grupal. 🏬 Transformación Cultural: Es esencial una transformación hacia una cultura de mayor efectividad, donde no solo unos pocos sepan organizarse mejor, sino que toda la organización evolucione hacia métodos de trabajo más eficientes. ¿Estás listo para liderar el cambio hacia nuevas estructuras de horarios de la mano de una mejora de la efectividad? Si no lo hacemos, correremos muchos riesgos «Transformamos culturas hacia una mayor efectividad, individual y grupal» Método FASE
Parece que la IA es el #trendingtopic de este año, ¡y no es para menos! En cada reunión y offsite de clientes al que asistimos, la conversación inevitablemente se dirige hacia la Inteligencia Artificial. Aunque nuestro fuerte es hablar sobre la productividad personal y el Método FASE, últimamente nos piden cada vez más que compartamos nuestro conocimiento sobre cómo la IA puede ser una herramienta clave para la productividad personal. Hemos respondido a esta demanda creando un workshop intensivo que ya está causando sensación. Enero fue el mes para probar y perfeccionar este taller, y ahora estamos listos para formar a nuestros clientes. No queremos que nadie se quede atrás en esta tendencia que, según la Harvard Business Review, va a cambiar las reglas del juego. ¿Cuánto tiempo vas a esperar para sumergirte en el mundo de la IA? O, dicho de otra manera, ¿cuándo empezarás a integrar la IA en tu vida, tal como hiciste con el Word, Excel, los idiomas o cualquier otra innovación que ha transformado tu manera de trabajar y vivir?
En el camino hacia el éxito profesional, una pregunta está siempre presente: ¿Es posible mantener un equilibrio saludable entre nuestra vida personal y nuestra carrera, especialmente cuando se toman caminos con cierta ambición? Llevamos 8 años desde que empezamos a ayudar a profesionales y directivos a lograr organizarse mejor para poder disfrutar de una vida con equilibrio y armonía, y las respuestas que hemos ido encontrando han sido tanto reveladoras como transformadoras. 🔍 La Búsqueda de Equilibrio: “El equilibrio en la vida no es algo que encuentras, sino algo que creas”, palabras de Jana Kingsford que están totalmente alineadas con nuestro rol de ayudar a las personas a que lo creen y logren mejorar progresivamente su productividad y la gestión del tiempo. 🚀 El Desafío de la Disciplina: La disciplina emerge como la verdadera libertad, una lección que hemos aprendido incluso para nosotros mismos. A través de la creación y mantenimiento de hábitos de productividad, descubrimos la clave para desbloquear nuestro verdadero potencial, permitiéndonos no solo alcanzar nuestras metas, sino también disfrutar del camino y, por supuesto, aspirar a tener vidas equilibradas. Y de esto nos hablará Laura García Buscaglia en nuestro próximo evento sobre productividad en el banco Sabadell, que se podrá seguir en directo u on-line. Laura, madre de dos y emprendedora, ejemplifica el equilibrio entre los desafíos de la maternidad y las demandas de una carrera exitosa. Su historia es un testimonio poderoso de cómo la implementación intencionada de estrategias de productividad y gestión del tiempo puede transformar nuestras vidas. 💡 Ideas Clave para una Vida Equilibrada: 🔹 Sistematizar tareas para liberar tiempo para lo que más importa. 🔹 Optimizar el rendimiento y reforzar la planificación para mantener la libertad mental y estar presentes en nuestras vidas personales. 🔹 Identificar y priorizar tareas importantes pues menos será más. 🔹 Alinear nuestro calendario al máximo con las prioridades frente a dejar que otros nos llenen la agenda. Te invito a unirte a nosotros este 22 de febrero, de 09:30 a 10:30 📆 en Valencia en el Hub Sabadell (y también on-line), donde Laura compartirá su enfoque práctico y realizable para vivir una vida plena, equilibrada entre las demandas personales y profesionales garantizando una satisfacción personal y profesional. Regístrate aquí para el evento y descubre cómo tú también puedes crear un equilibrio sostenible en tu vida -> clic aquí
Caminando por el aeropuerto y ¡bam! Ahí está, algo que te hace detenerte en seco y te llena de un montón de emociones. Ver la 13ª edición de LIDÉRATE en las estanterías es como encontrarte a un gran amigo en un sitio inesperado. Me provoca reflexiones como las largas horas que pasé dándole forma a cada página de esos libros, con el apoyo de mis hijos en aquel momento (mis pequeños grandes motivadores), el ejemplo de perseverancia heredado de mi madre, los ánimos de muchos amigos, y claro, esos valientes primeros clientes que se lanzaron con nosotros al vacío cuando el método aún estaba, como dirían los ingleses, «work in progress». No puedo dejar de mencionar el empujón gigante de Jordi Nadal y el equipazo de PLATAFORMA EDITORIAL. Y, por supuesto, un enorme saludo virtual a todos esos lectores anónimos que han apostado por el libro; siento una responsabilidad de intentar aportarles algo valioso, aunque sea un granito de arena en sus vidas. Y disfrutas tanto del momento que te deja un buen cuerpo todo el día!