Voy cogiendo experiencia en lo que es la productividad de los profesionales dado que durante el año me paso muchas horas junto a ellos. Tantas horas que ya me atrevo a clasificarlos en distintos grupos:
1.- Perezosos activos: Son esos que trabajan muchas horas, pero en lo que les apetece o les llega y no en lo que deben. El problema es que no siempre lo que les apetece y lo que les llega coincide con lo que su puesto requiere, y por lo tanto, en muchas ocasiones, no tienen resultados. Se estresan y lo pasan mal, pero no hacen nada por remediarlo porque ellos consideran que trabajan mucho, y así es, pero en lo que no deben.
2.- Brillantes sin sistema: Son personas inteligentes pero que trabajan lo justo. Suelen lograr resultados, si bien sin una sistemática de trabajo clara. Su personalidad es algo anárquica, pues casi siempre suelen tener resultados, al menos los mínimos para evitar problemas y no están dispuestos a tener que modificar su forma de trabajo en la que se sienten cómodos. El problema es que teniendo mucho más potencial, nunca logran sacar lo mejor de sí mismos, es decir, su más alto desempeño. Y esto es una pena para ellos y para la organización donde trabajan.
3.- Voluntariosos desenfocados: Son muy muy trabajadores pero sin foco, lo cual supone el problema de que realmente no logran, para las muchas horas que trabajan, los resultados que deberían. Son esos que siempre están antes que nadie y se van los últimos. Algunas veces brillan, otras muchas no… Y siempre se les ve agobiados. El problema es que este sistema de horarios tan intensos a costa de sus familias, a la larga les lleva a quemarse e incluso a problemas emocionales serios, pues ese estrés continuo trae premio, pero de los malos.
4.- Pillos holgazanes: Son muy poco trabajadores pero dan los mínimos resultados para salvarse casi siempre. Ellos van a su aire y cuando ven que pueden salir mal en la foto, su pillería les hace salvarse u obtener el mínimo resultado necesario. El problema es que suelen quemar a todo el mundo que tienen alrededor (que los suele acabar odiando) y a la larga tienen problemas con sus jefes, que se hartan de ellos y de sus “soluciones último minuto y salvados por la campana”.
5.- Astutos productivos: Estos sÍ que son una minoría de porcentaje de trabajadores en las organizaciones. Son los de manual de productividad. Tienen muy identificado su 20-80 (aquellos 20 por cien de temas determinantes para lograr resultados) y están muy focalizados en ello. Además, cuando trabajan, trabajan con atención plena y sabiendo decir que no y quitándose distracciones. Siempre planifican sus semanas y sus días con detalle. Son proactivos hasta el punto que si una reunión se atasca lo dicen. Y tienen muy claro que deben estar bien a nivel emocional y físico y por ello se cuidan físicamente y tienen tiempo para sus familias y hobbies.
Yo estuve mucho tiempo en el grupo 3. Demasiado tiempo, años incluso. Hasta que me quemé, pero a lo bonzo. Y en esa reinvención profesional me di cuenta que primero tenía que ganar honestidad conmigo mismo y humildad para darme cuenta de que mi forma no funcionaba. (¡cuánto nos cuesta ser honestos con nosotros mismos y reconocer lo que hacemos mal sin caer en la excusa¡) Y tras mucho analizar, leer y observar, detecté el problema y me puse a trabajar en un modelo de trabajo que realmente me ayudara a ser feliz laboralmente, logrando más resultados trabajando menos. Así nació el Método F.A.S.E.. Y ahora he logrado pasarme al 5… Y todo sabe tan bueno trabajando así, que además de lograr buenos resultados, cada vez hago más cosas de las que realmente me hacen feliz tanto a nivel laboral como personal. Y lo más grande de todo es que precisamente mi profesión me permite ayudar a muchas personas a estar en el 5…
Y tú ¿en qué grupo crees que estás?
Buenos días Agustín. Claramente estoy en el 3 desde hace bastante tiempo, demasiado. Sabes que desde hace unos meses estoy cambiando la manera de enfocar el día y espero, con ayuda, llegar al modelo 5 a sabiendas del esfuerzo que tengo que hacer. Un abrazo. Josefo
A por ello Josefo. Eres grande