Lucha de egos, sin orden alguno en la reflexión, sin conclusiones finales, desconciertos personales sobre qué pintan en esas reuniones, sin moderador, personas enviando mails y whatsapps en vez de prestar atención, duraciones que no hay mente humana que las pueda seguir con atención… y así podríamos seguir enumerando muchas de las problemáticas que se dan en algunas reuniones que nos toca vivir.
Y por eso mismo, las reuniones se acaban convirtiendo en el mayor despilfarro económico de muchas empresas: muchas personas durante horas enredadas en diversidad de discusiones sin resultado alguno.