Julio trae la jornada intensiva y, con ella, la sensación de que el día no alcanza para todo.
Para muchos directivos sénior, estas semanas se convierten en una carrera silenciosa: cerrar objetivos, mantener la motivación y, al mismo tiempo, evitar que el equipo llegue fundido a las vacaciones. Pero hay algo que marca la diferencia:
Preparar el “Back to school” con intencionalidad.
La mejor forma de irse de vacaciones es haber dedicado tiempo a planificar la vuelta, asegurando que tenemos claras las prioridades y un calendario completamente alineado.
La otra alternativa es volver de vacaciones y dedicar un par de semanas a intentar centrarnos. Como líder, también es clave transmitir al equipo la importancia de hacer este mismo ejercicio.
Cuando un líder combina foco, atención, orden y cuidado de la energía, no solo logra cumplir objetivos, sino que hace posible que él y su equipo vuelvan en septiembre con ganas de seguir construyendo y con todo planificado para lograrlo.